En Machalí, se encuentra emplazado Lola Jochava, un carrito de comida rápida muy conocido en la zona y con clientes fieles que día a día compran sus productos. Se trata de un negocio que en el camino experimentó diversos cambios y que a punta de esfuerzo y amor de familia salió adelante.
Víctor Arriagada, dueño de Lola Jochava, comenta que este emprendimiento fue iniciado por su hermana, en plena pandemia, cuando ella y su marido tuvieron problemas laborales y económicos que los llevaron a buscar otras fuentes de ingresos. Entonces, decidieron habilitar un carrito, al que le puso el nombre Lola, por su hija menor, nacida en España, y Jochava, por el apellido de su esposo.
En sus inicios este carrito solo vendía alimentos naturales. “Mi hermana sufría una condición médica que la llevó a alimentarse de manera saludable y de ahí tuvo la idea de ofrecer también comida sana a otras personas, que no tenían dónde conseguir fácilmente este tipo de productos. Con los primeros retiros del 10% de su AFP, logró un capital y habilitaron un food track, que fue un éxito total”, nos cuenta nuestro entrevistado.
Con el tiempo, dado que algunos clientes lo pedían, sumaron a su oferta, en paralelo, la venta de papas fritas y completos, entre otros. En octubre de 2020, el padre de Víctor se enfermó y no pudo seguir trabajando en terreno en el sector de la construcción, por lo que surgió la idea de que se hiciera cargo del food truck.
“Luego mi hermana y su marido se fueron a vivir al extranjero y el negocio experimentó un gran cambio: el carrito dejó de ofrecer productos naturales y se centró en la venta de comida rápida, con el apoyo de mi mamá tras bambalinas”, relata Víctor.
Agrega que cuando su padre murió, y dado que él también atravesó por problemas laborales y económicos, decidió continuar con su legado: “necesitaba generar ingresos y además queríamos conservar este carrito que mi padre llegó a adorar, dedicándole mucho tiempo”.
Calidad y cariño que dan frutos
Actualmente, Lola Jochava vende no solo italianos, hot dogs y papas fritas; también ofrece salchipapas, “papapletos” (con papa frita en vez de vienesa), “quesopletos” (con queso en vez de salchicha), agregados de palmitos, champiñones, empanaditas, hamburguesas caseras y rollitos primavera.
Víctor Arriagada señala que la gente ha acogido muy bien sus productos y que el negocio marcha bien. “Este año el objetivo fue lograr la estabilidad, un gran desafío por la situación económica del país. En 2023, el reto será mantener el negocio y en 2024, intentar abrir una segunda sucursal, tal vez con una zona para comer”.
Lola Jochava atiende directamente en la calle Alto Cachapoal 735, Villa Cal y Canto, en Machalí, en dos horarios, de 6:00 a 9:00 de la mañana, y de 14:00 a 22:00, dependiendo del movimiento de cada día. También se puede llamar al número 97189 1582 para hacer los pedidos con anticipación y retirar a la hora acordada.